La ciudad emblemática, fundada por el madrileño Pedro de Heredia el primero de Junio del año 1533, con el nombre de Cartagena de Poniente, para diferenciarla de Cartagena de Levante en España. Bañada por el Mar Caribe, orgullo de Colombia, declarada por la Unesco como Patrimonio Mundial, incluyendo en esa Resolución el Puerto, la Fortaleza y el Conjunto Monumental de Cartagena de Indias, por cuyas calles adornadas de hermosos balcones y flores colgantes de maravillosos colores, que muestra orgullosa su arquitectura colonial, se recorre con admiración y respeto, por todo lo que representa para la historia, no sólo para sus nativos y nacionales, sino para el continente americano.
Su fortificación fue construida durante los siglos XVII y XVIII, a través de murallas y castillos, con el fin de protegerla de corsarios y piratas, que pretendian a toda costa saquearla, por sus riquezas venidas del Virreinato del Perú, cuyos galeones atracaban en el principal puerto de comercio de negros del continente, traidos del África, en las condiciones mas indignas, pero que además cargaban con el oro, las esmeraldas y todas las piedras preciosas, sacadas de las minas por nuestros indigenas y esclavos, a fuerza de látigo, sangre y muerte, con destino a la Península Ibérica.
Además los reyes de España eran defensores a ultranza de la Fe Católica y por consiguiente establecieron en esta ciudad la sede del Tribunal de Penas del Santo Oficio de la Inquisición, en el año de 1610. Todos estos aspectos constituían una importancia estratégica de la ciudad amurallada en la geopolítica de la época y en su comercio, que con razón pretendían conquistarla por medio de cruentas batallas, que en su gran mayoría fueron defendidas con admirable decisión y valentía. Es el caso de la poderosa Armada Inglesa, al mando del Almirante Sir Andrew Vernón, que quiso tomar la ciudad, al mando de 186 navíos, 23600 hombres y 3000 piezas de artillería, pero por fortuna al frente de los sitiados estaba el incomparable Blas de Lezo, que en condiciones de inferioridad tanto de hombres como de equipo militar, derrotó a los ingleses en el año de 1741.
Pero ese hermoso capítulo de la historia de Cartagena, que nos enorgullece a todos los colombianos, hace parte del recuerdo indeleble y se convierte sin duda en fascinación y encanto, que se ve precisamente desdibujado por los nuevos piratas de la politiquería y la corrupción, quienes con sus microempresas políticas y arrogandocen el derecho a gobernar la bella ciudad, saquean el erario y esquilman el presupuesto despiadadamente, para el enriquecimiento de unos pocos. Es la minoría burguesa, aliada con el paramilitarismo y el narcotráfico, que se toman los puestos públicos y el cabildo de la heroica, para hacer de ella un botín sin la más mínima vergüenza. La ética y la moral por lo público no hace parte de sus parámetros de comportamiento personal, familiar y social.
El Concejo de Cartagena es una cloaca, en donde se planean todas las fechorías y se patrocinan las costumbres mas infames de la política, entre las cuales se encuentra la de respaldar a los alcaldes, quienes con su beneplácito asignan los contratos para pagar los favores electorales, en detrimento de los mas de setecientos mil ciudadános pobres y miserables – negros y mestizos - , que habitan en la periferia del “corralito de piedra”. Entre otras cosas se escuchan voces de algunos observadores, que afirman que esa población inerme, es ya una “bomba de tiempo”, que puede estallar en el momento menos esperado.
Podríamos decir que las consecuencias no se hacen esperar y miren si esto no es resultado del irresponsable manejo de la cosa pública, cuando tenemos en Cartagena, según investigaciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, una explotación sexual comercial infantil alarmante, convirtiendo a la ciudad en un lugar preferido por los turistas tanto nacionales como internacionales, que buscan población infantil para sus impúdicas prácticas sexuales. Proxenetas que se enquistan en todas las actividades turísticas, para ofrecer niños y niñas indefensas, que en busca de unos pocos pesos para paliar el hambre, son sometidos a todo tipo de atropellos y vejamenes. El Distrito Turístico de Cartagena es el lugar propicio para la explotación sexual infantil, que se observa y está latente, según esos mismos estudios de Bienestar Familiar, en las propias comunidades, en los lugares históricos, en los establecimientos de educación, en los bares, discotecas, hoteles y practicamente no existe un rincón en donde no se manifieste este flagelo.
Su fortificación fue construida durante los siglos XVII y XVIII, a través de murallas y castillos, con el fin de protegerla de corsarios y piratas, que pretendian a toda costa saquearla, por sus riquezas venidas del Virreinato del Perú, cuyos galeones atracaban en el principal puerto de comercio de negros del continente, traidos del África, en las condiciones mas indignas, pero que además cargaban con el oro, las esmeraldas y todas las piedras preciosas, sacadas de las minas por nuestros indigenas y esclavos, a fuerza de látigo, sangre y muerte, con destino a la Península Ibérica.
Además los reyes de España eran defensores a ultranza de la Fe Católica y por consiguiente establecieron en esta ciudad la sede del Tribunal de Penas del Santo Oficio de la Inquisición, en el año de 1610. Todos estos aspectos constituían una importancia estratégica de la ciudad amurallada en la geopolítica de la época y en su comercio, que con razón pretendían conquistarla por medio de cruentas batallas, que en su gran mayoría fueron defendidas con admirable decisión y valentía. Es el caso de la poderosa Armada Inglesa, al mando del Almirante Sir Andrew Vernón, que quiso tomar la ciudad, al mando de 186 navíos, 23600 hombres y 3000 piezas de artillería, pero por fortuna al frente de los sitiados estaba el incomparable Blas de Lezo, que en condiciones de inferioridad tanto de hombres como de equipo militar, derrotó a los ingleses en el año de 1741.
Pero ese hermoso capítulo de la historia de Cartagena, que nos enorgullece a todos los colombianos, hace parte del recuerdo indeleble y se convierte sin duda en fascinación y encanto, que se ve precisamente desdibujado por los nuevos piratas de la politiquería y la corrupción, quienes con sus microempresas políticas y arrogandocen el derecho a gobernar la bella ciudad, saquean el erario y esquilman el presupuesto despiadadamente, para el enriquecimiento de unos pocos. Es la minoría burguesa, aliada con el paramilitarismo y el narcotráfico, que se toman los puestos públicos y el cabildo de la heroica, para hacer de ella un botín sin la más mínima vergüenza. La ética y la moral por lo público no hace parte de sus parámetros de comportamiento personal, familiar y social.
El Concejo de Cartagena es una cloaca, en donde se planean todas las fechorías y se patrocinan las costumbres mas infames de la política, entre las cuales se encuentra la de respaldar a los alcaldes, quienes con su beneplácito asignan los contratos para pagar los favores electorales, en detrimento de los mas de setecientos mil ciudadános pobres y miserables – negros y mestizos - , que habitan en la periferia del “corralito de piedra”. Entre otras cosas se escuchan voces de algunos observadores, que afirman que esa población inerme, es ya una “bomba de tiempo”, que puede estallar en el momento menos esperado.
Podríamos decir que las consecuencias no se hacen esperar y miren si esto no es resultado del irresponsable manejo de la cosa pública, cuando tenemos en Cartagena, según investigaciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, una explotación sexual comercial infantil alarmante, convirtiendo a la ciudad en un lugar preferido por los turistas tanto nacionales como internacionales, que buscan población infantil para sus impúdicas prácticas sexuales. Proxenetas que se enquistan en todas las actividades turísticas, para ofrecer niños y niñas indefensas, que en busca de unos pocos pesos para paliar el hambre, son sometidos a todo tipo de atropellos y vejamenes. El Distrito Turístico de Cartagena es el lugar propicio para la explotación sexual infantil, que se observa y está latente, según esos mismos estudios de Bienestar Familiar, en las propias comunidades, en los lugares históricos, en los establecimientos de educación, en los bares, discotecas, hoteles y practicamente no existe un rincón en donde no se manifieste este flagelo.
Sobre este hecho tan lamentable, la directora del Instituto de Bienestar Familiar manifestó en la presentación de la investigación adelantada por su despacho, sobre este caso lo siguiente: “La explotación sexual es uno de los más graves atentados contra los derechos de los niños, niñas y jóvenes, puesto que les niega la posibilidad de un desarrollo propio de su edad. Esto sin contar con que los hace objeto de censura social y les coloca en grave riesgo de enfermedades”.
El 70% de los niños explotados sexualmente, presentan altos grados de desnutrición, el 85% presenta casos de morbilidad, el 55% presenta infecciones de transmisión sexual y el 5% afirmó haberse sometido al aborto. El alto nivel de necesidades básicas insatisfechas, la desintegración familiar, son los principales determinantes de esta causa tan lamentable y de vergüenza nacional. Todo este panorama es causado por esa cueva de rolando en la que se ha convertido la dirigencia cartagenera, que no se inmuta por estar blindados de cinismo, arrogancia, displicencia, despotismo e indiferencia.
Según la mitología griega Pandora fue la primera mujer sobre la tierra, dotada de todas las gracias y talentos, concedidos por Minerva, protectora de Roma y diosa de los artesanos asimilada con la Atenea griega. Creada por Hefestos o Hefaistos, dios del fuego y la metalurgia, por solicitud de Zeus, dios del Olimpo. Zeus quería vengarse de Prometeo que había robado el fuego de los dioses, para entregárselo a los humanos y decidió enviar a Pandora, con todos los atributos y belleza a Epimeteo hermano de Prometeo, quién le había recomendado no recibir nada que viniera de Zeus. Epimeteo feliz de tener a Pandora, decide casarse con ella y reciben de los dioses como regalo una caja, con la instrucción precisa de no abrirla nunca. Sin embargo la curiosidad de Pandora pudo más y abre la caja misteriosa, de cuyo interior salieron todos los males, plagas y tormentos que afligen a los hombres. Pandora decide cerrarla, pero no pudo y en el interior de la misma en medio de todos los males, se encontraba La Esperanza, la única fórmula para aliviar las penas y los infortunios de la humanidad.
Cartagena está invadida de todos los males que contenía la caja de Pandora, pero en esa hermosa ciudad existe gente buena, visionaria, de buenas costumbres, de principios, que se convierten en la reserva moral para hacer de la esperanza, la más contundente espada para combatir las atrocidades que se evidencian en la ciudad mas bella de América.
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