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jueves, 23 de julio de 2009

Cartagena a sol y sombra

Pocas ciudades tienen tan marcados sus contrastes como Cartagena de Indias. Casi podría afirmarse sin temor a equívocos que no hay una sino varias "Cartagenas de Indias". La cosmopolita del sector amurallado, que se mueve al ritmo del dólar y los idiomas extranjeros, y la desarraigada de las laderas del Cerro de La Popa y de los tugurios que se han levantado al pie de la Ciénaga de la Virgen, cuyos niveles de pobreza extrema superan el 80%. Pero también está esa otra Cartagena, la de los barrios Lemaitre y El Bosque, entre otros, cuyos habitantes de clase media padecen con paciencia los excesos de la ciudad turística y las miserias de la ciudad hambrienta.

Mientras hay una Cartagena que disfruta de las bondades del turismo y que el mundo admira en las postales, hay otra que muestra los peores indicadores de pobreza del país, con la mayor población desplazada de la Costa Caribe y con índices de analfabetismo superiores a los de otras ciudades capitales, como Bucaramanga y Manizales.

Así como hay una Cartagena en la que es posible pagar hasta un millón de pesos por una noche en un hotel cinco estrellas, hay otra donde los niños se mueren de hambre o de difteria, pues carecen de los mínimos servicios básicos como atención médica, agua potable y luz eléctrica. Mientras hay una ciudad exuberante de canutillos y lentejuelas, que en cada noviembre muestra su cara más amable, hay otra que se quedó anclada en el pasado y agoniza en medio de sus miserias. Mientras allá la prosperidad se mete por las ventanas, acá la prostitución infantil se dispara; mientras allá se construyen torres de cien pisos, acá se levantan casas de cartón.

Pero hay momentos, pocos ciertamente, en los que las distintas cartagenas se encuentran para tratar de marcar un derrotero común. Ocurrió el pasado 28 de octubre con la elección de Judith Pinedo como alcaldesa y cuyo triunfo es una especie de aire fresco para la ciudad. Mariamulata, como es conocida por su columna de El Universal, derrotó a los caciques políticos y prometió construir una Cartagena para todos. En ella están cifradas las esperanzas de más de un millón de habitantes que se aferran a su elección, como el náufrago que cree que encontró, por fin, su tabla de salvación. Tendrá que reconstruir un tejido social que se encuentra más fracturado que nunca y deberá levantar una ciudad más igualitaria y mucho más incluyente. En otras palabras, deberá hacer de todas las cartagenas una sola.

Tomado de:

http://www.cambio.com.co/paiscambio/749/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-3806149.html

4 comentarios:

  1. Excelente nota, Luis. Todo eso pude vivirlo en las pocas semanas que estuve en Cartagena

    Gracias por compartirla

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  2. Asi es, hay que ver el lado oscuro de la luna, como Pink Floyd

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  3. QUE BIEN LUIS, LOS MIS ESTUDIANTES VISITAN TU BLOG A CADA MOMENTO Y LES A GUSTADO, AHORA QUE ESTA NUTRIDO TENDRAS MAS SEGUIDORES, CONTINUA ASI

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  4. buen post luis alli describe la realidad de nuestra cartagena.que toda la plata que viene del turismo,el puerto y mamonal no se ve reflejada en la otra cartagena.que pesar pero personas como tu sacana esa otra cartagena adelamte.
    felicitaciones.
    ramon porto

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